Tercer Encuentro del Voluntariado Internacional de Verano 2025
El pasado fin de semana, en la acogedora Cala Morlanda, tuvo lugar el tercer encuentro del voluntariado internacional de verano 2025 organizado conjuntamente por la ONGD PROYDE LEVANTERUEL y la FUNDACIÓ PROIDEBA. Un total de 11 voluntarios se dieron cita en este espacio privilegiado para preparar, con ilusión y compromiso, su próxima experiencia de verano en Ruanda, Costa Rica y Perú.
Los participantes del encuentro fueron Ana Zaragoza, Vicky García, Cristina Llamedo y Carolina Montesa, quienes viajarán a Ruanda; Raúl Aragall, Teresa Hervás y Andrea Serer, que compartirán su voluntariado en Costa Rica; y Ana Vázquez, Loli Hernández, Pep Miquel Morey y Yasmine Huete, quienes se desplazarán a Perú.
La animación del fin de semana corrió a cargo del Hermano Rafa Matas, María del Mar Gallego y Fernando Royo, quienes dinamizaron las actividades con entusiasmo, profundidad y un claro sentido comunitario.
Durante el encuentro se desarrollaron diversas dinámicas de grupo y de autoconocimiento, claves para fortalecer la cohesión entre los participantes y cultivar una actitud abierta y reflexiva ante la realidad que vivirán en sus destinos. Se prestó especial atención a los momentos de oración y reflexión, en los que se abordaron temas esenciales como el cuidado y autocuidado, el sentido del servicio y la importancia de hacer comunidad desde la diversidad.
Además, pudimos contar con el apoyo generoso de Ana Vázquez y Teresa Hervás que se están preparando para trabajar en el ámbito sanitario, que nos ofrecieron recomendaciones sanitarias y nociones básicas de primeros auxilios.
Una de las actividades más originales del encuentro fue un juego cooperativo a través del cual los propios voluntarios se organizaron para cocinar durante todo el fin de semana, fomentando así el trabajo en equipo, la corresponsabilidad y el cuidado mutuo desde lo cotidiano.
El encuentro concluyó con un «regalo» de cada uno de los voluntarios hacia sus compañeros , y en un ambiente de gratitud, motivación y confianza renovada. Los voluntarios regresaron a casa con el corazón más dispuesto, el compromiso más claro y la mochila más ligera para seguir caminando juntos hacia un verano de servicio, aprendizaje y encuentro transformador.
“Mucha gente pequeña, haciendo muchas cosas pequeñas,
en muchos lugares pequeños, puede cambiar el mundo.”
